Dieciséis cuadras y siete horas de cola sólo para putearlo. Con cada minuto que pasa, con cada metro que avanza, el odio aumenta en forma directamente proporcional a las virtudes que le cuelgan los demás. Pero detenerse en los motivos de una y otra cosa sería perder el tiempo. Lo importante ahora es pulir cada detalle del plan. A las tres cuadras de la entrada ya tiene listo lo que va a decir. En la esquina del subte puede repetirlo sin pensar. Surge una duda justo antes de empezar a subir la rampa ¿reforzar tal adjetivo? Ya se ven las luces del salón: todo resuelto. Cuestión de segundos nomás.
Ahora lo tiene enfrente, envuelve el insulto en una lágrima -discreción por sobre todo- y lo hace viajar hacia el muerto a la velocidad del beso que impulsa con un movimiento seco del dedo índice de la mano derecha.
Y sí, fueron varias horas, dicen.
ResponderBorrarme gusta la imagen final y la frase "lo hace viajar hacia el muerto a la velocidad...". Son lindos sus cosos eh?
ResponderBorrarni idea, limeta.
ResponderBorrarpor qué me puso los puntos, danix?
gracias ezpeleta! me alegra que le gusten.
Qué buena unidad de medida..el beso.
ResponderBorrary no hay ningún uruguayo, claris; ta?
ResponderBorrar¿Cómo se actualiza por móvil?
ResponderBorrarno sé.
ResponderBorrarTá!
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